viernes, 28 de septiembre de 2018

EL PROFESOR COMO DIRECTOR ORQUESTA

1 comentario:

  1. Una de las mayores frustraciones de un profesor es comprobar que sus esfuerzos se estrellan contra la flojera mental o hasta la indiferencia. Aunque no siempre es así, pero, cuando ocurre, es desesperante, provocan sentimientos muy negativos y generan en las ganas de enseñar de cualquier profesor un desgaste cada vez más corrosivo.
    Pensamos: “Enseño lo mejor que puedo, y el que no me siga, allá él. Yo he hecho mi trabajo”. O incluso: “Yo tengo mi dignidad y no me voy a matar por unos malcriados que no se merecen mi esfuerzo”. Es una manera de ver las cosas que puede llegar a comprenderse, pero es equivocada. Es necesario cambiar la perspectiva, y para ello resulta inspiradora la metáfora del director de orquesta.

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